LOS MISERABLES
Tras proclamarse triunfador de la 83ª edición de los Óscar con 'El discurso del rey', Tom Hooper se puso manos a la obra con la adaptación a la gran pantalla del musical basado en la novela de Víctor Hugo, Los miserables. Cuatro estatuillas --entre ellas las de mejor película y mejor director-- avalaban al director inglés para bordar una película con un reparto estelar y unos antecedentes, los de los teatros, más que prometedores, pero parece que, a pesar de rozar el notable alto, se queda a las puertas de lo que podía haber sido y no fue.

Por otro lado, y siendo una de las grandes pegas del film, el director británico vuelve a escudarse en los planos cercanos, abusando de esta manera de una técnica que, cuando se utiliza de forma desmedida, agota la vista y hace sentir agobio. Se echa en falta la presencia de encuadres que muestren el entorno en que se sitúan los personajes, propiciando que en muchas ocasiones y tras haber leído los subtítulos, uno no sepa a dónde mirar porque ya lo ha visto todo. Este tipo de plano resalta los sentimientos y provoca un acercamiento con los personajes, pero su uso se antoja abusivo, como ya ocurriera en 'El discurso del rey'; la única diferencia es que aquella duraba dos horas y era más dinámica que esta.


Para concluir, Los miserables (2012) no me llegó como debía de suponerse. Hay que decir que el musical no es precisamente mi género favorito, pero Los miserables y el conjunto merecía mi atención, y la música y las canciones son maravillosas. Se trata de una obra intensa, pero sólo Anne Hathaway logró que sintiera algo, cuando en dos horas y media de metraje debería habérseme erizado el vello más de una vez; el resto pasó por delante de mis ojos provocándome cierta indiferencia. Puede resultar algo extensa y cargante, pero está perfectamente sustentada por la actuación del reparto, sobre todo gracias a Jackman y a la recién nombrada. El ambiente es fascinante y todo lo demás también, pero Hooper con su nerviosismo y sus primeros planos no nos deja disfrutarlo. Una pena porque, resultando notable en su conjunto, podría haber llegado a más.
Lo mejor: Anne Hathaway con su 'I dreamed a dream' y Hugh Jackman. De sobresaliente.
Lo peor: la cámara en mano y el uso abusivo de los planos cercanos.
Nota: 7,5/10
Actualización:
Un segundo visionado me ha permitido hacer un análisis más rico y profundo de la obra. Tras varias semanas escuchando la música exquisita de 'Los Miserables' en mi casa, pude apreciar con más cercanía la grandiosidad de la obra. Posiblemente se trate de una de las mejores composiciones musicales de la historia (así lo reflejan las cifras cosechadas por el musical alrededor de todo el mundo), y en este tiempo he tenido la posibilidad de familiarizarme con todas y cada una de sus partituras.
En el segundo visionado, pues, pude disfrutar de una manera mucho más notoria. El hecho de manejar la melodía y las letras de cada canción me permitió apreciar mucho más la labor del reparto tanto en su vertiente musical como en la interpretativa.
Dicho esto, y ya concluyo esta extensa entrada, gracias a este nuevo visionado he podido sentir mucho más que en la primera vez. Logré emocionarme como antes no había ocurrido y las dos horas y media largas no se me hicieron así. Eso sí, la cámara al hombro sigue cansando.
Nota: 8,5/10
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