INTOCABLE


Intocable (2011) es una comedia francesa escrita y dirigida por Olivier Nakache y Eric Toledano, inspirada en hechos reales, que narra las experiencias que surgen de la amistad entre un tetraplégico multimillonario y su cuidador, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel.

Driss (Omar Sy) busca ansiadamente cobrar el paro, y para ello va al casting convocado por Philippe (François Cluzet) para buscar un nuevo cuidador. Sorpresivamente, Driss acaba siendo una figura indispensable para Philippe, ya que ofrece algo que el resto de solicitantes no tiene: un sentido del humor y una vitalidad extraordinarias.

La cinta ha sido un éxito rotundo en Francia y toda Europa, superando en taquilla a otras películas estrella del viejo continente como Amelie (2001) o La vida es bella (1997), y se postula como una de los largometrajes más taquilleros del año.

La película se sustenta sobre un excelente guión, donde los momentos humorísticos y los dramáticos se intercalan perfectamente para no aborrecer al espectador con una cantidad excesiva y continuada de cualquiera de los dos elementos. Ninguno de los momentos graciosos de Intocable está fuera de lugar o metido con calzador, sino que resultan siempre muy agradables y completamente pertinentes. Por otro lado, la carga dramática, que nunca llega a sobrepasar a la cómica, aporta ese plus que hace pasar a una película de simplemente entretenida a ampliamente recomendable.

El humor nunca llega a ser de mal gusto aun teniendo, casi siempre, a la figura del tetraplégico como centro de las bromas. Intocable consigue sacarnos las risas en situaciones donde jamás lo haríamos en nuestro día a día, y lo mejor es que en ningún momento hace que te sientas mal. Y es que la clave se encuentra en la pareja protagonista, que desde el principio muestra claramente sus intenciones: Philippe busca a alguien que no sienta compasión por un tetraplégico y que le vea como a un igual, tanto para lo bueno como para lo malo, ya que está cansado de gente que le trate como a un pobre desvalido; y Driss no busca, pero sí encuentra. Encuentra a un amigo que le cambia completamente la vida y que le ayuda a reinsertarse en la sociedad.

Tanto Omar Sy como François Cluzet están extraordinarios en sus respectivos papeles. Sy muestra una soltura extraordinaria y una gran facilidad para provocar la carcajada, y Cluzet y su encantadora sonrisa hacen que las bromas de su compañero encajen a la perfección. En los únicos momentos en que la película baja ligeramente ellos consiguen mantenerla en lo alto con conversaciones de dos personas completamente diferentes que suenan, sin embargo, muy verídicas. El conjunto también ayuda, y las empleadas de Philippe colaboran a repartir los momentos cómicos y no dejarlos a cargo, únicamente, de la pareja protagonista.

Nuestro país vecino de vez en cuando nos sorprende con joyitas como esta. El humor francés y la forma de expresarlo por sus directores resulta muy atractivo para públicos acostumbrados a comedias chusqueras donde predominan las bromas escatológicas y de mal gusto. Ya lo vimos en, la también excelente, Bienvenidos al norte (2008), y lo volvemos a contemplar en Intocable: los franceses tienen un don especial para la comedia.

Con todo, Intocable se convierte en la sorpresa de la temporada y se posiciona, dentro del género de la comedia, como una de las películas top. Pocas veces una historia había conseguido arrancar la risa con tanta facilidad y tocar nuestra fibra sensible con una preciosa moraleja. Nos encontramos, pues, ante una visión obligada, preferentemente en una sala de cine, donde el cálido ambiente favorece más la risa que el frío sofá de nuestra casa.

Lo mejor: la pareja protagonista y un humor exquisitamente tierno.
Lo peor: ir al cine con las expectativas por las nubes.

Nota: 8/10



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