CAPITÁN AMÉRICA: EL SOLDADO DE INVIERNO

El primer vengador regresa de la mano de dos directores provenientes de la comedia y la TV, los hermanos Joe y Anthony Russo. Con un tono mucho más alegado de la vintage primera parte, esta segunda entrega se mete de lleno en el universo de 'Los Vengadores', la serie cinematográfica más amplia e interconectada de la actualidad


'Capitán América: el soldado de invierno' nos sitúa en la actualidad, después del suceso de Nueva York. Steve Rogers, en su intento por acostumbrarse a la vida en el siglo XXI, se ve inmerso en un thriller político propio de los 70'. Con el tema de las escuchas ilegales en el aire, Manning, Wikileaks, Snowden y la sombra de Nixon sobrevolándolos a todos, la película narra un tema peliagudo ya tratado en 'Minority Report', de Steven Spielberg: la sobreprotección y exceso de seguridad como medida preventiva, es decir, la presunción de culpabilidad y el espionaje para evitar "males mayores". Todo ello, por supuesto, condimentado con una pequeña dosis de fantasía y de aniquilación del mundo, como no podía ser de otra manera en este tipo de historias.

Chris Evans, en completa simbiosis con el personaje al que interpreta, ve por primera vez los males del mundo actual. Será un fugitivo buscado por toda una organización mientras intenta descubrir la verdad de un caso muy turbio y con muchos secretos. Lo acompañan en esta aventura la Viuda Negra (Scarlett Johanson) y Nick Furia (Samuel L. Jackson), quien deja un difícilmente perceptible homenaje a los 20 años de 'Pulp Fiction'.

Toda esta trama de espionaje y traición la completa un super villano, el llamado Soldado de invierno. Un rival misterioso y duro de roer que pondrá en grandes apuros la misión del capi.

La película acierta mientras Rogers y la Viuda Negra buscan solución al complot. Las tortas, ya nos las sabemos. Eso sí, la acción es más adulta y nervuda que la de 'Capitán América: el primer vengador', pero se echa en falta ese aspecto de aventura clásica y retro que tenía su predecesora. Una vez metidos de lleno en los prolegómenos de la segunda parte de Los Vengadores, poco queda para el disfrute de la obra en su singularidad.

Cuando la película se convierte en un clímax excesivo echamos de menos esos momentos de pausa y de pequeñas escenas de acción como la del ascensor o el atractivo prólogo, con una mezcla de infiltración y tortas bastante lograda.

Aún así se percibe la notable mejora dentro de las oficinas marvelitas. La segunda entrega de Thor fue notable, la tercera de Iron Man, más de lo mismo, y ésta consigue mantener la línea. Sólo nos queda que hagan algo de provecho con Hulk, pero milagros no pido.

Pd: disfrutad de los títulos de crédito, que están bastante bien, y quedaos a contemplar la ya habitual escena que, como siempre, aportará sorpresas.

Puntuación: ***1/2 (sobre 5)

Twitter: @MMAudiovisuales y @feresbec

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